20141103

La certeza de la muerte es una necesidad



Estamos aquí para descubrirlo. La razón por la cual existimos. Es exactamente esa. Saberlo, darnos cuenta de si somos los buenos o los malos. Para aprender de nuestro entorno, de nuestro papel en nuestra propia piel. 

Porque al morir, lo único que se queda es lo que hemos hecho, es quien hemos sido, y eso, sólamente lo sabremos al vivir. Vivir la vida y aprender constantemente. 

Todos tenemos retos desde el nacer. El reto de respirar, de comer, de crecer y de caminar, y como reto, también es una necesidad. Necesidad de encontrar quienes somos y para que estamos aquí.

El reto de crecer y de alimentarnos es una necesidad. Como lo es el crecer por dentro y alimentar nuestro conocimiento. Expandirnos a través de nuestro de las experiencias de otros y de la nuestra.

Parte de éstos retos (no olvidemos que son también necesidades) son todas esas cosas que nos hacen falta. Todas esas carencias y todas esas inconformidades. El truco es saberlas ver como complemento el una de la otra. Como las estaciones del año. 

Sabernos y conocernos es una tarea constante. Como el darle alimento al cuerpo, comer. Obtener energía, transformarla. Ser conscientes que en el pensar hay también una actividad cerebral y por lo tanto energía, que debemos transformar y alimentar para complementar el espiral.

Tenemos la certeza de que vamos a morir, pero el no saber cuándo, nos debe de propulsar con ganas de querer seguir con vida y vivirla, de descubrir quiénes somos y de lo que somos capaces de ser y hacer.

Se dice que en la vida no hay nada realmente bueno o realmente malo.

Las dificultades o problemas no debemos de verlos como manifestaciones radicalmente malas o negativas. Son oportunidades de crecimiento, de aprendizaje y búsqueda de soluciones, en esa búsqueda constante a la prosperidad. Pero inherente a la búsqueda se encuentran los nuevos retos y nuevas necesidades de seguir creciendo y de seguir expandiéndonos de manera constante para poder heredar esa prosperidad y progreso a las nuevas generaciones, que inherentes serán también otras oportunidades de crecimiento (o problemas o manifestaciones negativas). 

Es por eso que existe éste mundo binario. 

Si subo no bajo y si bajo no subo. Pero puedo hacer las dos cosas pero solamente una a la vez, jamás al mismo tiempo. 

Éste mundo de vida y muerte, de hambre y satisfacción, de felicidad y sufrimiento, de conocimiento e ignorancia. Porque nunca podríamos ser capaces de ser los mismos si sólo existiera vida, satisfacción, felicidad y conocimiento. Nunca podríamos saber que sería una vida que no tenga muerte. Nunca podríamos saber que existe la luz sin la oscuridad, el sonido sin el silencio.

No podríamos darnos cuenta de todo lo demás que existe. Tenemos que darnos cuenta de los constrastes y tomar caminos, decisiones y con éstos ganar experiencia y conocimiento sobre la vida.

Pienso que jamás podría haberme dado cuenta de lo que ignoro si no careciera del conocimiento. Jamás podría saber el sabor de la felicidad sin el de la tristeza. No podría haber nunca disfrutado igual de ésta vida sin la presencia de la muerte. El truco es tener presente la certeza que ella representa. El truco es no saber cuándo. Como no saber qué es lo que pasa después. 

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