Hoy, Eme me llevó a un lugar al que nunca había ido y siempre que pasaba por ahí (con otro destino) me quedaba con las ganas de visitar. Siempre quise ver cómo vuelan por ahí.
Pero nunca había conocido a alguien que supiera llegar y que tuviera las ganas. Hice unas fotos y me quedé maravillado del espacio tan maravilloso y lleno de tierra (vida, planeta) que sentí que podía escucharla respirar.
En realidad ha sido un día espectacular porque al final del día me sentí como si me hubiera ido de pinta de la escuela. En un miércoles... de plaza, donde curiosamente comimos unas quesadillas con una doña del zócalo del lugar. Yo me pregunté si el miércoles de plaza salió por la Comercial o viceversa, que lo tomaron de la tradición de que los miércoles se ponen plaza. (ya escribí demasiado miércoles?)
Como sea. Este es uno de esos días que quieres guardarlo en la cartera. Como de buena suerte. Como para verlo cuando estas en alguna sala de espera, para verlo cuando necesitas pagar algo o cuando simplemente lo necesitas. Yo quise guardarlo en mi memoria SD de la réflex pero no me fue permitido por petición. Así que solamente me queda como recuerdo este post y las fotos que tomé del lugar. El sentimiento también se me queda mientras dure, me lo llevaré a bocanadas esta noche y ojalá entre sueños pueda navegar entre esas sensaciones repetidas. Hicimos música y todo tiene que ser tan infernalmente interesante y complicado. Oculto. Silencioso. Como la expresión Under the table. Pero ese... es otro viaje, no tan lindo ni fluido.
Y llega la noche. Y todo dura lo que tiene que durar, todo se acaba y yo me quedó con un pecho lleno de semillas sentimientos... esperando germinar.
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