Y
se dejó caer el cabello,
Y
se complicó la vida aunque todos la odiaban. Pero esa era su decisión y no
había nadie que pudiera negarlo, no ahora que el arma a caído al suelo y sigue
tibia por la venganza.
Caminó
del lugar. Esa noche quería que su historia quedara sepultada en esa escena.
Imaginaba el final de la película, mientras la música comenzaba. Títulos de los
créditos en pantalla. Tres, el presente y el pasado que era su futuro.
Bailaba
en la calle. Bailaba en esa noche como si el alma se le regocijara. Aunque
nadie supiera en realidad que era de tristeza.
Fue
cuando recordó a su madre. Una que nunca sintió a la que le importara. Y todo
se le desvanecía de pronto, y luchaba por mantenerse de pie. Es un baile se
decía a si misma. A lo largo de mi vida solo tiene que ser un baile para
simular las caídas. Aunque eso, ya dejó de importarle. Está de rodillas.
A
veces se desconoce así misma. Y de lo que alguna vez fue. Y eso fue hace mucho
tiempo ya. Le entró unas ganas profundas de saber de aquella que conoció una
vez. Una más joven que dejó en el callejón esa tarde cuando tenía 13 y fue su
primera vez. Esa primera vez que ese sueño apareció.
Era
un parque en una cálida tarde de primavera. El sol caía solo perfecto sobre uno
al otro. Que se desvanecía entre recuerdos y la magia de los sueños. De
mostrarnos cosas sin recordar mucho al
despertar. Esa tarde se convertía rápidamente en noche, en caos, en un sonido
que no terminaba de entender si era música. Y
luego ella bailaba, y bailaba hasta quedar de rodillas.
Ese
sueño se repitió varios meses, varios años y siempre en el mismo mes. En el
mismo periodo semanal. Del 6 al 22. Nunca nada cobró sentido hasta ese momento
que ante rodillas se le conmocionaba su propia realidad, incapaz de saber si es
un sueño o en realidad esta sucediendo. Todo a su alrededor comienza a arder en
llamas. Sabe el final.
Todo
quedará reducido cuando terminé la canción.
cainKuri - Montréal, 06, 2019
No comments:
Post a Comment