Hoy, el temblor a derrumbado todo.
Las manos temblaban a más no poder. El corazón comprimido dentro del pecho.
Los labios se sentían partidos por todas partes. La risa rota. Una mueca simple y dolorosa.
Los ojos que se querían caer a gotas ahora forman un pequeño hilo que va desde las mejillas hasta un pequeño charco sobre las manos, queriéndolos sostener sin éxito porque se siguen escurriendo, escapándose.
Las miradas que antes rotas, ahora parecen piezas perdidas de un rompecabezas. Todo parece no tener sentido.
Las manecillas del reloj avanzan cual cuchillo.
La tormenta que se avecinaba ahora está aquí frente a mi. Dentro mio.
Pero solo la mitad. Porque la otra mitad se me ha ido.
El dolor se me ha detenido a media garganta como daga clavada que no avanza con el tiempo. Ni con nada.
Me siento roto como mirada que a gotas se me pierden en mis manos llenas de vacío, en ese hueco nuevo de mi corazón. Perdido en la distancia de esos labios secos. Roto a más no poder.
Así me siento porque el temblor y la tormenta a derrumbado todo, excepto a mi. Dejándome a la deriva con la esperanza de encontrar, pedazo a pedazo, las piezas que le den sentido a las manecillas del reloj. A la espera.
Perdido y roto, solo con la esperanza de recuperar poco a poco mi máximo sueño, lo que ya no está.
3 comments:
gracias por leer... gracias por estar por ahí en algún lugar. Disfrutemos pues todos los momentos que nos da la vida. Disfrutemos estos sentimientos que nos vuelve humanos.
pues al parecer la culpable es vainilla, vainilla tan liquida que se derramo
tu estas tan lejos que no te pudo alcanzar
no se quien eres pero en algun lugar se que estas
Aquí no hay culpables. Aquí solo hay situaciones, escenarios que se gestan en la vida cotidiana. La verdad que es que la culpa no es de nadie. No se trata de echar culpas. No se trata de nada. Solo de vivir la vida.
gracias por leer, graicas una vez más por estar aquí y dar su tiempo.
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